El sueño olímpico de Madrid no tiene sus orígenes en los Juegos de 2012, sino que viene de más lejos, puesto que la capital de España ya demostró a mediados de los 60 su vocación por organizar el mayor evento deportivo del mundo en el año 1972, concedido finalmente a la ciudad alemana de Múnich.
El 29 de diciembre de 1965, Madrid presentaba ante el Comité Olímpico Internacional una candidatura conjunta con Barcelona –sede de las competiciones de vela- para albergar la vigésima edición de los Juegos. La candidatura española era la primera que llegaba al máximo organismo olímpico internacional, aunque después se unirían otros tres países: Alemania (Múnich), Canadá (Montreal) y Estados Unidos (Detroit), mientras que un cuarto país, Holanda (Ámsterdam), renunciaba a última hora.
El 26 de abril de 1966, la 64 sesión del COI reunida en la ciudad italiana de Roma procedía a la elección de la sede de los Juegos de 1972, y en la primera votación el proyecto olímpico muniqués se adelantaba en el recuento con 29 sufragios, mientras que Madrid quedaba en segundo lugar con 16, y Montreal y Detroit terminaban empatadas, con 6 votos cada una, quedando descartada la ciudad estadounidense en ese primer corte. En la segunda y definitiva votación, Madrid mantuvo sus 16 votos, mientras que la capital bávara obtuvo 31, convirtiéndose en el escenario de las Olimpiadas del 72, aunque la capital de España no perdió por ello ni un ápice de su ilusión por organizar algún día unos Juegos.